Las Meninas, o La Familia de Felipe IV

Nos encontramos ante una de las obras cumbre de la pintura universal.

El pintor de corte, situado a nuestra izquierda realiza el retrato de la pequeña princesa Margarita, Al fondo, en el espejo vemos reflejados los rostros de los reyes, Felipe IV y Mariana de Austria, que se asoman a la estancia. Los personajes parecen representados en el momento que se percatan de la presencia real y se levantan para hacer las pertinentes reverencias. . La princesa, en el centro, destaca por su ingenuidad, tiene sed y una dama de honor o, “menina” en portugués, se arrodilla y le ofrece una pequeña jarrita roja, que suponemos que contenía agua. El resto de los personajes que nos encontramos son: la menina de la derecha, detrás la pareja de servidores de palacio, en una técnica casi impresionista, la enana Maribárbola, muy realista y el enano Nicolasito, que apoya su pie sobre el mastín, tranquilo y sosegado. Al fondo el aposentador real, José Nieto, abre una puerta que sirve de punto de luz y de perspectiva. El pintor se autorretrata con su paleta y su pincel reivindicando su posición social como pintor de corte y caballero de la Orden de Santiago, una de las órdenes militares más influyentes de la época.

Podemos apreciar detalles muy bellos como los prendedores de las damas en forma de mariposa, las pulseras de tela en forma de flor y el prendedor de la princesa. Los vestidos responden a la moda de la época, llamados “guardainfantes” porque podían esconder niños debajo, se sostenían gracias a unos bastidores que los mantenían rígidos.

La luz se recibe por distintos puntos; la puerta del fondo, la ventana de la derecha y la luz frontal. La técnica resulta impresionista en varias partes del cuadro como en el cabello de la princesa, los rostros de los reyes o las figuras de los servidores.

La perspectiva es llamada “aérea”, porque parece filtrarse el aire entre las figuras dando sensación de profundidad tan conseguida que parece que pudiéramos entrar en el cuadro. Velazquez consigue una composición magnifica de las doce figuras que aparecen en el cuadro sin dar sensación de agobio.

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Textos (a) Catalina Serrano Romero