Aparición del Apóstol San Pedro a San Pedro Nolasco

Este cuadro es uno de los prototipos de las pinturas de frailes que realizó el pintor. La composición en Zurbarán no puede ser más simple, únicamente dos figuras llenan el cuadro separadas por una línea diagonal. A la izquierda la figura de San Pedro crucificado boca abajo porque dijo a sus verdugos que no merecía morir como su maestro. A la derecha San Pedro Nolasco lo contempla con devoción. Lo que más resalta del cuadro es su facilidad para pintar los distintos matices del blanco, como vemos en el paño de pureza del apóstol y el blanco marfileño del hábito de San Pedro Nolasco, al mismo tiempo que la diferente calidad de la tela que se aprecia más pesada en la capa del mercedario.

Desgraciadamente el pintor pierde clientela en Sevilla, sus cuadros no son tan valorados, quizá por la competencia de Murillo, por lo que el pintor se traslada a Madrid donde Velazquez le ofrece su ayuda con el encargo de los trabajos de Hércules para el salón de reinos, aunque los temas mitológicos nunca fueron de sus favoritos. Muere en medio de una gran pobreza en Madrid, cuatro años más tarde que su fiel amigo Velazquez.

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Textos (a) Catalina Serrano Romero