Sagrada Familia con Rafael, Tobías y San Jerónimo, Virgen del Pez

Rafael forma con Miguel Ángel y Leonardo, el gran trío de pintores del Renacimiento. Si Leonardo se caracteriza por su “sfumato”, sus maravillosos perfiles difuminados, y Miguel Ángel por la monumentalidad de sus obras, Rafael lo hace por haber conseguido la “belleza ideal”. Sus Vírgenes, llamadas “madonnas” son de una delicadeza insuperable.

El cuadro recibe este nombre por el pez que sostiene el joven Tobias, un personaje del Antiguo Testamento que, mientras viaja acompañado por el ángel Rafael, utiliza las entrañas de un pescado para curar la ceguera de su padre.

El cuadro, al igual que el libro de Tobías, busca transmitir un mismo mensaje: la verdadera sabiduría consiste en mantener la confianza en el Señor, incluso en las situaciones más desesperadas. No nos olvidemos también de que el pez es el símbolo de Cristo.

A la derecha de la Virgen aparece un anciano con un león a sus pies y un gran libro en la mano, que indican que estamos ante San Jerónimo, que fue el traductor de la Biblia al latín. Esta versión de la Biblia se conoce como “La Vulgata”, llamada así porque estaba escrita en latín vulgar para que fuera más fácil de entender. El león hace referencia a sus años de ermitaño y anacoreta en el desierto. Según la tradición el santo habría librado al león de una espina clavada en su pata y lo habría domesticado, por lo que este pasó a ser su símbolo. La Virgen desde una posición majestuosa parece sujetar al niño que quiere alcanzar el pez.

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Textos (a) Catalina Serrano Romero