La maja desnuda

Es quizá la obra más popular de Goya. Fue un encargo de Godoy, primer ministro y favorito de Carlos IV. Se sabe que el cuadro estuvo expuesto en las estancias privadas del mismo, colgado detrás de la maja vestida con un ingenioso mecanismo que la hacia aparecer y desaparecer según estimara su propietario. Se situaba junto a la Venus del espejo de Velazquez y de otros desnudos de Tiziano.

Siempre se ha exhibido con su pareja “la maja vestida”, que fue pintada unos años más tarde con una técnica de pincelada más suelta, en contraste con la minuciosa pincelada que se puede apreciar en “la maja desnuda”.

Goya nos ofrece este desnudo femenino de frente, mostrando una anatomía femenina perfecta. La mirada directa, con una ligera sonrisa desafiante nos revela su ideal de mujer. Goya no pinta el retrato de una diosa como Tiziano o Velazquez, sino una mujer de carne y hueso.

Se desconoce la identidad de la modelo. La leyenda atribuye su figura a la Duquesa de Alba, contemporánea y amiga del pintor. También se ha identificado con Pepita Tudó, la amante de Godoy en los años en que se pintó esta obra, con la que llegaría a casarse años mas tarde. Ambos supuestos parecen carecer de fundamento.

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Textos (a) Catalina Serrano Romero