El jardín de las Delicias

Es la obra más famosa del Bosco. Siguiendo el esquema de la carreta de heno, la obra tiene forma de tríptico y también es de carácter moralizante. En la tabla de la izquierda se representa la creación, en la central, el jardín de las delicias y en la de la derecha, el infierno. La imaginación del Bosco consigue aquí cotas extraordinarias. Parece un precedente del surrealismo, que Dalí dominará en el siglo XX.

Esta lleno de plantas y animales reales e imaginarios, sacados del “bestiario”, un compendio medieval que describía plantas y animales, acompañados de lecciones moralizantes. Las figuras cabalgan alrededor de una fuente, todos desnudos, en distintas escenas que parecen representar la apoteosis de la lujuria. La humanidad sucumbe ante el pecado y un personaje, el único vestido de toda la escena central, situado a la salida de una cueva, en la esquina inferior derecha, señala a la mujer como culpable, en línea con el desprecio hacia la mujer imperante en la época. En el infierno los humanos son sometidos a terribles vejaciones por animales monstruosos. En la parte alta, la representación del fuego nos recuerda a la carreta de heno, aunque en esta obra los tormentos de los condenados son mucho más sofisticados. Aparecen los mismos instrumentos musicales, que de una forma terrorífica, contribuyen a sus suplicios. Parece que el Bosco no sentía simpatía ni por las mujeres, ni por la música.

(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Textos (a) Catalina Serrano Romero