Este cuadro fue pintado por Velázquez recién llegado a la corte de Madrid. Representa una escena mitológica donde Baco, el dios del vino, corona a uno de sus súbditos con una corona de hojas de parra, igual que la que luce el mismo. La luz incide directamente sobre el dios, semidesnudo en una postura que recuerda los modelos italianos. El color rojo y blanco de sus vestiduras alegran la composición a diferencia del personaje de la izquierda, casi totalmente anulado. Como en toda la mitología de Velazquez sus dioses están a nivel humano. Nos recuerda simplemente a un hermoso joven de la corte. El contraste es brutal con los personajes de la derecha, viejos, feos e idiotizados por el alcohol, retratados de forma muy realista. El color ocre del primer término es típicamente Velazqueño. Como si quisiera recordar sus bodegones sevillanos nos deja un magnifico estudio de los objetos, en los distintos recipientes que sostienen los borrachos y en las jarras que podemos apreciar a los pies de Baco.

(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Textos (a) Catalina Serrano Romero