Obra escultórica en la fachada del Nacimiento

Déjame contemplar un poco más este gran libro en piedra. ¡Cuánto me place poder ver el conjunto de esculturas por fin completo!, ¡no falta ninguna escena! Cuando mis días llegaron a su fin tan sólo unas cuantas de las figuras que ahora ves ocupaban su lugar definitivo.

Si hubieras visto como se volcaba la gente en ayudarnos…Todos y cada uno de los rostros aquí esculpidos se corresponden con gentes del barrio y obreros de la construcción, que pacientemente posaban para lograr el mayor realismo posible. También los animales y las plantas existieron de verdad, la mayoría procedentes de las inmediaciones de la obra. ¿Te acuerdas de la burra que aparece en la escena de la Huida a Egipto? Se llamaba Margarita, y se la compré a una vendedora ambulante. El pobre animal tenía tanto miedo que para que dejara de temblar y estuviera quieto tuvimos que elevarlo con unas poleas.

Aún me emociono cuando recuerdo a mis ayudantes Carlos Mani, y a Llorenç y Joan Matamala, que eran padre e hijo. Sus sabias manos y sus herramientas supieron dar vida a lo que mi mente concebía.

Pero no quisiera olvidar al resto de escultores que a lo largo de los años han participado en la decoración del templo, como Josep María Subirachs. Pero…de él hablaremos mejor luego, cuando lleguemos a la Portada de la Pasión.

Algunas de las esculturas son de época reciente, y se deben a Etsuro Sotoo, el famoso escultor japonés que trabaja en la Sagrada Familia desde 1978. Son el coro de ángeles y los ángeles músicos del pórtico central, destruidos durante la Guerra Civil. Si te fijas podrás distinguirlas con facilidad este conjunto de imágenes, situado sobre el nacimiento de Cristo, ya que son las que menos pátina de suciedad y contaminación tienen. A Sotoo corresponde también el diseño de las cuatro puertas de acceso al templo por esta fachada. Serán de aluminio policromado y cristal e irán decoradas con vegetación, insectos y pequeños animales procedentes de Palestina, la tierra de Jesús.

Una última curiosidad. Gaudí concibió parte de esta fachada policromada, pues para él la vida es una explosión de color. Se conserva una maqueta que preparó en 1910 para la exposición en la Sociedad de Bellas Artes de París, donde se aprecia como el arquitecto y sus ayudantes pintaron con tonos verdosos, azulados y amarillentos las partes más bajas de esta fachada, donde llega menos luz, mientras que las partes superiores quedarían sin colorear pues, según Gaudí, de eso ya se encargaría el propio sol. Podrás ver esta maqueta en el Museo del templo.



(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Diego Laforga Marcos (2013)

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Source: Own work
Author: Carlos Marcos (2013)