Introducción al Museo Thyssen-Bornemisza

El 10 de octubre de 1992 fue un día gozoso para todos los españoles y para los madrileños en particular. Un nuevo museo abría sus puertas después de arduas negociaciones y de obras, en un edificio rehabilitado por el prestigioso arquitecto Rafael Moneo, el mismo que realizó la ampliación del Museo del Prado. El nuevo museo no era un competidor del Prado, sino un magnifico complemento.

La colección iniciada por el Barón Heinrich, fue ampliada por su hijo Hans Heinrich, los dos barones Thyssen-Bornemisza consiguieron reunir un magnifico conjunto de obras de toda la historia de la pintura.

En 1988 el gobierno español llegó a un acuerdo de préstamo. Pocos meses después de la apertura del museo en junio de 1993 este acuerdo pasó a ser una cesión definitiva al Estado Español. No cabe duda que la negociación se llevó con toda diplomacia, a ello contribuyeron el interés de los reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofia, el buen hacer de los duques de Badajoz, hermanos del Rey y como figura emblemática en los acuerdos, la baronesa Thyssen. El proverbio francés “cherchez la femme”, busca la mujer, está aquí plenamente justificado. Años más tarde, en el 2002, la colección particular de la baronesa fue añadida al museo en depósito, enriqueciendo la obra expuesta.

El edificio que lo sustenta, el Palacio de Villahermosa, un enorme caserón de estilo neoclásico cuya condición más favorable era sin duda el lugar donde se ubicaba, frente al Museo del Prado y próximo también al Museo Reina Sofía, completaba uno de los triángulos pictóricos más importantes del mundo. El arquitecto Moneo realizó un magnífico trabajo, remodelándolo en torno a un patio central cubierto, con una amplia luminosidad.

La colección permanente se presenta en tres plantas por orden cronológico. En la planta cero en su parte derecha se muestran las exposiciones temporales que también suelen ocupar el sótano, lo que permite presentar dos exposiciones a la vez. Esta planta dispone también de una bonita tienda y una agradable cafetería que ofrece descanso al visitante.

El pequeño jardín de entrada está presidido por el busto del Barón Thyssen, que nos recuerda que a él debemos fundamentalmente la instalación del museo en Madrid.
En el vestíbulo podemos admirar un enorme lienzo de Tintoretto que representa el tema de la Gloria, unas esculturas de Rodin, el escultor francés del Pensador, muy amigo del padre del Barón, que le asesoró en sus compras de obras de arte y cuatro retratos de Macarrón, dos de los Reyes y otros dos de los Barones Thyssen, que se distinguen por su elegancia y esbeltez, completan la decoración de la sala.


(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Catalina Serrano Romero

Pictures
Source: Wikimedia Commons
Author: Luis García (Zaqarbal)
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