Quappi con suéter rosa

Max Beckmann comienza su trayectoria artística dentro de la corriente expresionista. Tras su experiencia como médico en la Primera Guerra Mundial, abandona su profesión después de sufrir una crisis nerviosa, y realiza cuadros desgarradores.

Al terminar la guerra, la situación social y económica mejora. Su estilo evoluciona a un mayor naturalismo y se suaviza. En este retrato, que pertenece a la colección del Museo, pinta a su segunda mujer, Matilde von Kaulbach, conocida como Quappi. Nos la presenta de frente, con un fondo de arquitectura, sentada con expresión tranquila, apenas esbozando una sonrisa. El pintor modificó la sonrisa original, que era más amplia, por esta, más comedida, debido a su preocupación por los nazis que le habían despedido de su puesto de profesor en la academia de Frankfurt por considerar sus cuadros como degenerados. Después de vivir casi clandestinamente en Berlín, marchan a EEUU donde terminan por establecerse en Nueva York.

Beckmann representa a su modelo como una mujer moderna y segura de si misma, tanto por su atuendo, como por el hecho de sostener un cigarrillo en su mano derecha, que era un símbolo de modernidad para las mujeres de aquellos años. El pintor ha logrado representar magníficamente la belleza de sus ojos verdes, casi transparentes.

Es uno de los retratos más destacados de la primera mitad del siglo XX que posee la colección. Fíjate en sus largas manos. Parece que el pintor nos quiere decir, como Picasso, que "las manos de la mujer son un prodigio de acción y de polivalencia".


(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Catalina Serrano Romero

Photo: Max Beckmann in front of Departure at the Museum of Modern Art, 1947. Source: Max Beckmann Archive, Munich