Las flores amarillas

Matisse es otro de los grandes personajes del fauvismo. Influenciado por algunos postimpresionistas como Cezanne, Gauguin y Van Gogh, y por el arte japonés, Matisse hace del color el gran protagonista de su obra.

Comenzó a pintar a los veinte años, cuando estaba convaleciente de un ataque de apendicitis. Su madre que siempre fue un firme apoyo para él, le trajo material de pintura y le ayudó a descubrir su vocación.

Al principio de su carrera realizó numerosas naturalezas muertas, entre las que se encuentra esta obra, donde destacan las pinceladas de color amarillo, que centran la composición. En este periodo su paleta se vuelve más oscura, probablemente debido a los tristes acontecimientos que sufrió su vida en ese año, motivados por la ruina de sus suegros que arrastro también a su familia.

En 1910 viaja a España, donde pasa un tiempo en Sevilla y en Granada. Este viaje le inspirará obras llenas de luz y color, donde los motivos andaluces son los protagonistas. De aquí se traslada a Marruecos en donde profundiza en los temas arabescos, sus ricos tejidos y colores, y la luz del Mediterráneo.


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Text (a) Catalina Serrano Romero

Photo: Portrait of Henri Matisse, 1933 (a) Author: Carl Van Vechten potograph collection. Library of Congress, Prints and Photographs Division, Van Vechten Collection, reproduction number LC-USZ62-103699 DLC Source: Wikipedia (As the restrictions on this collection expired in 1986, the Library of Congress believes this image is in the public domain.)