Pierrot contento

El siglo XVIII nos trae un nuevo gusto artístico: el rococó. Francia es entonces el centro de la elegancia. El rey Luis XV dará nombre a este estilo que representa el final del barroco y se fundamenta principalmente en la decoración, muy rica y recargada, con mármoles y dorados por todas partes, especialmente en los muebles y marcos de caprichosas molduras. La decoración de los Palacios Reales es un buen ejemplo de este estilo, en el que el óvalo y las formas curvas en general parecen invadirlo todo.

Entre los pintores se generaliza la representación de bellas escenas cortesanas, con figuras lujosamente vestidas y con gran influencia de personajes de la “comedia del arte”, como Pierrot y arlequines, generalmente situados en jardines. Watteau y Fragonard son sus mayores exponentes.

El museo nos ofrece este hermoso cuadro de Watteau. La escena está situada en un jardín y la luz incide sobre sus personajes, destacando la belleza y la riqueza de sus trajes. En el centro vemos la figura de un Pierrot, un personaje típico de la comedia italiana, que simboliza la libertad y que disfruta con la música y con la compañía.

El barón Thyssen lo tenía entre sus favoritos y lo hace reproducir como fondo de uno de sus retratos, realizado por Lucian Freud.



(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Catalina Serrano Romero

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Source: Wikimedia Commons
Author: DcoetzeeBot
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