Patio de Lindaraja

En este patio de Lindaraja se dan la mano la zona nazarí de la Alhambra, que termina en el mirador de donde venimos, y la zona cristiana, que empezó a levantarse para hospedar la corte de los Reyes Católicos y sus descendientes. Incluso la fuente, que data de 1626, tiene una base de época cristiana, mientras que la pila superior es de época nazarí. También se reciclaron las columnas, que provienen de otras partes del recinto.

El sur de España había sido una zona de frontera, de mestizaje y sincretismo. Cuando el Emperador Carlos V se enamoró de la Alhambra, contribuyó a que se mantuviera vivo el recuerdo de su glorioso pasado. De hecho ya viste que sus habitaciones estuvieron aquí, mientras construían su palacio.

Piensa cuántos vinieron antes que nosotros por este patio de Lindaraja, desde insignes visitantes, hasta humildes vecinos de Granada, reyes y reinas, hombres de ciencia… Un poeta tuvo la lamentable ocurrencia de escribir su nombre… ¿Cómo era? Chato… Chateaubriand. Y al pintor aquél, Sorolla, le encantaba este patio. ¡No era mal pintor, no!

Arriba, donde está esa ventana de arco doble, está el mirador de Lindaraja, donde quisimos ver asomado a Boabdil, antes de marcharse. Y debajo del mirador, puedes entrar a la sala de los secretos, donde si hablas desde una esquina te escucharán desde la esquina opuesta.



(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Carlos Madrid (2012)

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Source: Own work
Author: Julián Hernández Martínez (2013)