Jardín de Aranjuez, Glorieta II - La España Blanca

En el otro extremo de esta sala vas a encontrar varias obras que, siguiendo la estela del simbolismo, se encuentran en el polo opuesto en cuanto a estética y temática se refiere, como sucede con Santiago Rusiñol, que mostraron preferencia por los paisajes, la luz y la naturaleza.

Fíjate en el cuadro de Rusiñol titulado “Jardín de Aranjuez”. Representa un sendero en perspectiva rodeado de flores. Este conocido pintor y escritor, precursor del modernismo catalán y coetáneo de Zuloaga y Ramón Casas, pinta la luz y vitalidad de un jardín en sombra, salpicado de flores y color. Más cercano a la luz mediterráneo. Que refleja una visión optimista y alegre, frente al oscuro escenario de la España Negra, centrada en una religiosidad, a veces opresiva, del interior castellano.

Las obras de Darío de Regoyos son muy representativas de esta predilección por pintar la luz, propia del impresionismo. Aquí tienes ocasión de contemplar el cuadro “El gallinero”, en el que las pinceladas recogen los detalles del paisaje con un cuidadoso preciosismo. La luminosidad, reflejada sobre los árboles o la ropa tendida. De este autor se exponen litografías de la España Negra. Se pueden ver la representación de las dos visiones simbolistas por un mismo autor.

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