Esculturas en el patio del edificio Sabatini

En el patio interior del edificio Sabatini puedes acercarte a tres esculturas, una de Joan Miró, titulada “Un perro lunar”; otra de Alexander Calder titulada “Carmen”, y una tercera de Eduardo Chillida, “Toki Egin”.

“Toki Egin”, en Euskera significa “hacer sitio”. Realizada con las barras de acero curvo características de Chillida. Fue concebida en 1989 como homenaje al religioso San Juan de la Cruz. La estructura metálica, de más de nueve toneladas de peso, constituye un esfuerzo por cercar un vacío dentro de la propia escultura, dos cruces que se curvan para servir de abrazaderas, como integradoras del espacio que les circunda.

La mas monumental de las esculturas en este patio es la “Carmen”, de Alexander Calder, móvil de imponentes proporciones, con soporte negro y piezas móviles suspendidas en lo alto. La impronta de Calder se aprecia en el movimiento de las piezas superiores, rojas y amarillas, que se agitan al viento. Esta obra de 1974, es testimonio de la inclinación de Calder en los últimos años de su vida por las esculturas de gran tamaño.

Finalmente, la obra “Pájaro Lunar”, de Joan Miró, escultura de color negro, fechada en 1966, en la que los perfiles sinuosos y disformes del universo de Miró, reconocibles a primera vista, han sido trasladados a un mundo tridimensional. Con la incorporación del volumen y la suave superficie negra, el conjunto no resulta ajeno a cierta sensación de movimiento, a pesar de la firmeza con que las dos patas se apoyan sobre el suelo.

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