Fuente de mercurio

En otra de las vitrinas verás la Fuente de Mercurio, de Alexander Calder. Es una réplica a escala de la escultura metálica original que se exhibió en los jardines del pórtico de entrada al pabellón de España en la Exposición Internacional de París.

La fuente incluía un circuito cerrado con cinco toneladas de mercurio líquido, que al caer sobre las bandejas metálicas accionaban el brazo suspendido en vertical que incluye la única nota de color del conjunto, el círculo rojo, y le dotaban de movimiento.

El público solía arrojar monedas al depósito, de modo que al terminar la exposición se encontraron en su interior varios miles de francos.

Alexander Calder, norteamericano descendiente de una familia de escultores, se instaló en París con apenas 27 años, donde trabó amistad con Joan Miró y otros artistas de su generación. Fue un precursor de las esculturas móviles, a las que incorporaba ejes articulados, engranajes y e incluso pequeños motores.

La fuente original no se ha conservado hasta nuestros días, pero la Fundación Miró de Barcelona exhibe desde 1977 una réplica exacta donada por el propio Calder poco antes de su muerte.

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