El arco central

El gran arco central está dividido en dos por un parteluz que sustenta la imagen del apóstol Santiago. Destaca la frontal, bellamente esculpida con el árbol genealógico de Jesús. Te será fácil reconocer en el fuste al rey David con su arpa, sobre él está Salomón y en el remate, la Virgen María. Los devotos supersticiosos han pasado durante siglos sus dedos por esta zona, desgastando el relieve, como puedes observar.
Fíjate en la base, donde verás a un hombre que abre la boca a dos leones. Son en realidad unas ingeniosas aberturas que permitía la ventilación de la cripta que hay debajo.

En la parte superior, sentado en un trono, recibe al visitante un apóstol Santiago de cara bondadosa, con nimbo metálico adornado con pedrería, descalzo y vestido de peregrino. La cartela que sostiene dice: “El señor me envió”.

En el anverso del parteluz encontrarás a los pies la estatua orante de un joven de cabellos cortos y ensortijados. La tradición sostiene que corresponde al maestro Mateo ofreciendo a Dios su monumental obra. La tradición manda tocar la escultura con la cabeza para recibir la ciencia del artista, por ello se la conoce como Santo dos Croques, que en gallego significa coscorrón. A los pies de esta figura verás la lápida de Pedro Muñiz, el arzobispo que consagró la Catedral en 1211, a quien los feligreses tenían por brujo, pues aseguraban haberlo visto ir a Roma volando.

Volvamos a la parte delantera del pórtico y contemplemos ahora el tímpano central.


(c) (R) 2013, MUSMon com S.L.
Text (a) Diego Laforga Marcos

Pictures
Source: Own work
Author: Diego Laforga (2013)